Mis recuerdos se remontan a mi niñez, cuando pasabamos las vacaciones de verano, junto a mis padres y hermanos a orilla de esta laguna tan espléndida, en la estancia "San Agustín" una antigua reserva jesuítica.

En este lugar aprendimos a valorar lo más hermoso de nuestra tierra y quedamos unidos a la naturaleza para siempre.

Con mi esposo Carlos iniciamos este emprendimiento , en el cual compartimos con los amantes de la vida silvestre este lugar único.

Acá están todos nuestros sueños….

Adela Fraga y Carlos Rosso